La llegada de un nuevo miembro a casa siempre es motivo de ilusión y alegría. Pero también de incertidumbres y miedos.
Cuidar de un cachorro no es tan difícil como pueda parecer, con una buena mochila de amor y cariño tienes buena parte del trabajo hecho.
Nacimiento y evolución del cachorro en sus primeras semanas de vida.
La vida del cachorro con su criador comienza desde el momento de la concepción, porque desde el minuto 1 empiezan los cuidados para la madre y para los futuros bebés.
El nacimiento, un momento mágico y deseado a partes iguales, pero también delicado. En el dálmata se da la peculiaridad de que nace sin sus características manchas, nacen completamente blancos. Exceptuando algún cachorro que pueda nacer con un parche de color, generalmente cerca del ojo u oreja.
El cachorro también nace con el sistema nervioso parcialmente desarrollado, y con un fuerte instinto de supervivencia. Principalmente se guían por el sentido del olfato, y constantemente busca a la madre a través de su olor. También tiene una fuerte respuesta al contacto físico, tanto con la madre como con los hermanos. El calor, el contacto y los lamidos le proporcionan seguridad.
Es muy curioso como en los primeros días de vida el cachorro únicamente defeca ante la estimulación del lamido de la madre. Esto tiene una función muy importante, ya que miccionar y defecar con la estimulación de la madre, ayuda a mantener limpia la cama donde duermen.
Los criadores, habitualmente, nos creemos imprescindibles durante la cría de los cachorros y, aunque es cierto que nuestros cuidados de alimentación e higiene son muy importantes, tanto la madre como los cachorros están preparados para crear descendencia sin ningún tipo de ayuda externa. Y es que la naturaleza es sabia.
A los 12 días de vida se da un importante cambio en el desarrollo de los cachorros. Empiezan a abrir los ojos, la carita les brilla, toman una expresión de lo más amorosa; y se les quiere aún más, si cabe.
A los 14 días de vida, también aparece un notable cambio en el sistema auditivo, ya que nacen completamente sordos y con los oídos cerrados. No es hasta este momento, cuando empiezan a oír los primeros sonidos. Los oídos que están cerrados, empiezan a abrirse, ya que mantenerlos cerrados durante el tiempo que no oyen nada, previene que les entre cualquier partícula.
También es en esta etapa, cuando el desarrollo del sistema psicomotor, le permite al cachorro desplazarse en la paridera. Y aprovecha esta nueva habilidad para salir del nido, defecar fuera y mantener su cama limpia. También aparecen las primeras y adorables conductas de juegos entre hermanos.
Es en esta etapa, cuando la madre agradece también que los criadores le cortemos las uñas a los pequeños. Se trata tan solo de cortar la puntita puntiaguda, que puede llegar a arañar las mamas de la madre.
Los primeros pasos hacia la socialización comienzan con el criador. Es muy importante respetar sus tiempos y que la madre sea la que decida y permita el acercamiento del resto de la manada (ya sean perros o humanos). Pasan los días, la madre, cautelosamente, permite que sus compañeros de la manada, huelan, laman e interactúen con los bebés
Como anécdota simpática, en nuestro caso podemos ver en Daniela (la madre) como le impone los límites a Rufo, nuestro dóberman “el tremendo “. Rufo adora a los cachorros, tanto que le cuesta frenarse a la hora de acercarse a olerlos, ignorando las señales de aviso de la madre. Así que creemos que por esto Daniela le tiene un poco de manía. “jejeje” Hasta en las mejores familias surgen rencillas.
Sobre las 3 o 4 semanas de vida, comenzamos a complementar la leche de la madre con comida natural. (Hay veces que también damos bibis desde el segundo o tercer día de vida, si la camada es muy numerosa).
Pero su desarrollo prosigue con nosotros hasta las 8 o 9 semanas de vida aproximadamente, tiempo durante el cual, hacemos todo lo posible para que su experiencia sea los más variada y positiva que esté en nuestra mano. En función se su demanda, le ampliamos la zona de seguridad a explorar, que hasta ahora había sido la paridera. Le permitimos salir fuera de esta, donde podrán descubrir el tacto de la arena, la hierba, el agua, el frío, el calor.. podrán descubrir nuevos los olores… nuevos sonidos… y en definitiva, podrán conocer el mundo real que les rodea.
Respetar sus tiempos, aportando la estimulación adecuada, hace de los cachorros perros más seguros de sí mismo y con mayor capacidad de autogestión de sus emociones (mayor tolerancia a la frustración). El aprendizaje mediante el juego, en un entorno seguro, favorece la exploración por iniciativa propia y la confianza en sí mismos. Estar a esta edad tan temprana junto a sus hermanos y madre, también tiene importantes beneficios, ya que en ellos encuentra el apoyo que necesita para enfrentarse a lo desconocido. Por supuesto, es imprescindible estar junto a sus hermanos y madre para un correcto desarrollo de habilidades de juego y comunicación.
Cuando el cachorro es entregado a su nueva familia. Posibles dudas sobre su alimentación, educación y cuidados.
El cachorro llega a casa. Todo es nuevo para el: el sitio, las personas, los olores, los ruidos, los besos… son distintos. Es curioso cómo a pesar de haber tantos cambios en tan poco tiempo, el cachorro se adapta con facilidad a su nuevo hogar. Y todo esto sin perder la alegría que caracteriza al dálmata, porque lo primero que hará al ver a su nueva familia será mover el rabito de alegría. Y entonces ya, te habrás enamorado de por vida.
Debes saber que un cachorro en casa es un terremoto en tu vida, que lo pondrá todo patas arriba. Todo lo que tenga a su alcance será perfecto para jugar y morder, a veces cosas que no queremos… Tendrás que cambiar tu rutina, y enfrentarte a los retos que trae consigo la educación de un cachorro.
Como buenos conocedores de la raza dálmata, sabemos que no hay nada más efectivo en su aprendizaje que la educación en positivo. Ya que con riñas y castigos, poca cosa aprenderá tu cachorro, más que mostrar su rebeldía. Si no estas familiarizado con el adiestramiento en positivo, te recomendamos que te pongas las pilas, y adquieras al menos conocimientos básicos sobre este tema. Sin lugar a dudas, es una inversión a largo plazo, que os dará calidad de vida.
*Advertencia* El nuevo problema de los pelos en casa, solo irá a peor. Pero recuerda: son pelitos de amor.
¿Le damos de comer? De los primeros pensamientos que se nos viene a la cabeza casi nada más verlo. La alimentación del perro es un tema tan extenso del que siempre hay algo nuevo que aprender. Lo que come un cachorro no es en realidad muy distinto a lo que come un adulto. Puedes encontrar más información en el apartado alimentación.
Se recomienda darle de comer a nuestro cachorro entre 3 y 4 veces al día. Las cantidades de sus comidas irán en función del tamaño del perro, gasto de energía, apetito… No te agobies demasiado con los gramos exactos ni con la composición exacta. No hay una regla matemática. Las comidas que le demos a nuestros cachorros tendrán que dejarlo gordito, saludable.
El compromiso en su educación es la clave. Ser conscientes de la trabajo que trae consigo un cachorrito en casa y aun así, querer asumirlo. Y sobre todo, disfrutar de sus diabluras y aprendizaje.
Si has llegado hasta aquí y aun así no has perdido las ganas de ampliar tu familia con un cachorro dálmata, podemos decir con toda certeza que estás loco, loco de amor por esta raza. ¡Eres la familia que estamos buscando! No dudes en ponerte en contacto con nosotros.