El dálmata es un perro activo y con energía. Su medio es la naturaleza, al aire libre, lugares donde haya espacio para correr, olores que explorar y amigos con los que jugar. Adora la actividad física y si es en compañía de su dueño, ¡mil veces mejor!
ACTIVO
ENÉRGICO
GLOTÓN
MIMOSO
CARIÑOSO
PROTECTOR
RASTREADOR
INTELIGENTE
FÁCIL ADIESTRAR
ALEGRE
INTELIGENCIA EMOCIONAL
NO PUEDE ESTAR SOLO
Existe la creencia de que es un perro independiente, por la línea de perro guardián y rastreador de la que proviene. En cambio, ha sido un perro que ha sabido adaptarse a la vida en familia perfectamente, pasando a ser los humanos los integrantes de su manada. Tanto es el apego que le tiene a los suyos que no soporta pasar demasiadas horas encerrado y solo, pudiendo verse afectado anímicamente si esto sucede con mucha frecuencia.
Cuando hablamos de inteligencia emocional, hablamos del dálmata. Es un experto en comunicación, nos entiende y se hace entender a la perfección. Se adapta con facilidad al estado de humor de sus dueños, volviéndose juguetón si la situación lo requiere, o serenándose si le transmitimos tranquilidad. El dálmata es un perro muy sensible, que además de adaptarse a nosotros, nos anima cuando más lo necesitamos.
Por su instinto protector no dudará en mostrar su carácter en su territorio, demostrando valentía para proteger a su familia. Aunque os voy a contar un secreto: si aun siendo un extraño te acercas a él con una salchicha, te habrás ganado a un amigo de por vida.
Glotón, el dálmata adora comer de todo. Y siempre que vea un trozo de comida a su alcance te preguntará si es para él. Sabe que hay normas, y que no lo puede coger, pero te lo preguntará, con su mirada y sus gestos… ¿Hay algo para mí?
Es inteligente y de fácil adiestramiento. Es muy recomendable el adiestramiento en el dálmata, sobre todo si tenemos en cuenta que es un perro muy energético. Si no se controla puede llegar a sobrepasarnos. Si nos gustan los perros alegres, activos y exuberantes, tenemos que estar preparados para educarlos desde cachorros.
La sonrisa no es exclusiva del dálmata, pero sí es muy típica en él. Cuando tu dálmata te ve entrar por la puerta, después de haber estado todo el día trabajando, o simplemente después de haber bajado a comprar el pan, te sonríe. Te engurruñe el hocico cual acordeón, y te enseña todos sus dientes, acompañando este gesto tan simpático con un contoneo alegre y cariñoso de su cuerpo. Por supuesto, su rabo irá de lado a lado a modo de sable, dejando caer todo lo que haya a su altura. Y lo mejor de todo, ¡que te dará igual! Porque cuando un dálmata sonríe, lo hace de verdad.